74 agricultores de Ñuble dieron un paso firme hacia la sostenibilidad en la primera versión del Programa TAS
Autor: Pamela Conejeros
Zona Sur Programas Eje Sustentabilidad y adaptación al cambio climatico ÑubleCon emoción y alegría, 74 agricultores y agricultoras de las comunas de Pemuco y Yungay finalizaron su participación en el Programa de Transición a la Agricultura Sostenible (TAS), una iniciativa piloto impulsada por INDAP e INIA, ambas instituciones del Ministerio de Agricultura. Tras dos años de asesorías técnicas, capacitaciones, encuentros territoriales y un rico intercambio de saberes, la región de Ñuble celebró el egreso de su primer grupo con una ceremonia que puso en valor no solo la producción sustentable, sino también el profundo compromiso social del mundo campesino.
El seremi de Agricultura, Antonio Arriagada; la directora regional de INDAP, Fernanda Azócar; y el director de INIA Quilamapu, Javier Chilian, encabezaron la entrega de diplomas que certifican la participación de cada agricultor y agricultora en el Programa TAS. Como gesto simbólico, cada uno recibió también un árbol nativo aportado por Conaf, para plantar en su predio como compromiso con el futuro.
“El Programa TAS nació como una apuesta concreta para avanzar hacia un modelo agrícola más respetuoso con las personas, los ecosistemas y las generaciones futuras. En Ñuble, significó una experiencia transformadora para decenas de familias campesinas, las que no solo aprendieron técnicas agroecológicas, sino que también revalorizaron conocimientos heredados, adaptándolos a las condiciones de su territorio”, destacó la directora de INDAP Ñuble, Fernanda Azócar.
“Fue un cierre exitoso de esta primera etapa del Programa TAS y el desafío ahora es encarar la segunda etapa. Vamos a tomar otras comunas de la región y cada comuna tiene sus propias necesidades y requerimientos, así que vamos con ese desafío”, adelantó el director de INIA Quilamapu, Javier Chilian.
La ceremonia de egreso incluyó una feria de “Agricultura Sostenible”, donde productores exhibieron prácticas agroecológicas y alimentos biodiversos, generando un espacio de conexión con la comunidad, estudiantes, niños y otros agricultores. Fue la muestra más tangible de que los aprendizajes adquiridos están dando frutos concretos, en los predios y en el tejido social.
Durante el encuentro se destacó también el rol fundamental que han cumplido las asesoras y asesores técnicos de INIA e INDAP, facilitando un verdadero diálogo de saberes: conocimiento técnico, ancestral y práctico, todo puesto al servicio de una agricultura más justa, resiliente y consciente.
Relatos sostenibles
¿Qué significa ser sostenible? Las respuestas son diversas: cuidar la salud, producir alimentos libres de plaguicidas, proteger el suelo y el entorno. Pero, sobre todo, significa actuar hoy pensando en mañana, destacando el enfoque integral del TAS, que cruza lo ambiental, lo económico y lo social.
Una de las protagonistas fue Judith Valeria, de la comuna de Pemuco, quien compartió su motivación en una frase sencilla pero potente: “Buena alimentación para mí y mi familia”. Un mensaje que resume lo que muchas y muchos agricultores sienten al recorrer este camino: no se trata solo de sembrar, sino de cambiar la forma en que nos relacionamos con la tierra y con los alimentos.
En ese mismo espíritu, la agricultora Marcela Salazar, de Yungay, destacó que “vender un producto sano, sin químicos, limpio” va más allá de la productividad: representa un compromiso social, un acto de cuidado hacia quienes consumen. Testimonios como estos reflejan la profundidad del proceso vivido por las y los participantes del programa.
Celia Rodríguez, del Mercado Campesino de Campanario, también compartió su vivencia con un mensaje lleno de sabiduría: “La naturaleza nos entrega el remedio para todo”. Una enseñanza que, sin duda, se alinea con el corazón del TAS y con el camino hacia una agricultura regenerativa, consciente y con identidad.
Educación y apoyo financiero han sido fundamentales en este proceso, pero ha sido la motivación y entusiasmo de las y los agricultores lo que ha hecho posible los logros alcanzados. Este compromiso no solo ha permitido implementar prácticas sostenibles, sino que también ha mejorado las posibilidades de comercialización de sus productos, destacando las ventajas de los alimentos agroecológicos: sanos, seguros y con identidad territorial.
El Programa TAS ha tenido presencia nacional y Ñuble se suma a este proceso con un grupo diverso, comprometido y lleno de aprendizajes. Porque transitar hacia la sostenibilidad no es solo una meta técnica, es una decisión ética, comunitaria y profundamente humana.